martes, mayo 25, 2004

El Oasis de la Ausencia

amB.

Desde que lo oí por primera vez siempre he creído firmemente en ello. No me asusta la soledad que uno busca, la otra me aterroriza.

Una vieja leyenda de los nómadas del desierto habla de un extraño Oasis al que el viajero sólo puede arribar cuando éste lo decide. En este lugar surge un hermoso manantial que riega las tierras donde crecen árboles frutales y hermosas plantas. El viajero queda en él confinado durante largo tiempo pese a sus deseos de escapar. A cada trago de agua necesario, el dolor inunda las venas del desafortunado. La ausencia embriaga todo el oasis y ese sentimiento lleva hasta la locura a muchos desgraciados.

Los que consiguieron escapar hablaron siempre de ese veneno de dolor y de las imágenes de sus seres queridos en tormenta sobre sus ojos. Sólo el recuerdo les hacía derrumbarse, preferían hallar consuelo soñando su compañía.

Los nómadas siempre han huido de la soledad que produce pasar dos noches seguidas en el mismo sitio, temen que la ausencia recorra sus venas y queden cautivos en su oasis. Prefieren pasar sus días soñando al compañero.