domingo, mayo 16, 2004

La bodega de las percepciones

Tal vez pecásemos de egocentrismo si pretendiésemos encerrar en botellas las percepciones de los demás sobre nosotros. Posiblemente no existiesen botellas suficientes para tal desafío.

Por mi parte en una de ellas intentaría introducir aquellas que me producen sentimientos de tristeza (esas que me provocan vergüenza, las que me crean sentimientos de envidia, aquellas que me muestran mis dolencias,....).

En otra podría buscar las percepciones que me levantan el ánimo, a pesar de que a veces resulte ridículo (alabanzas, admiraciones, suspiros,.... tal vez envidias).

Tambień habría botellas para los días que necesite escuchar y otras para los que necesite que me escuchen. Un sinfín de botellas con las que llenaría una bodega.