El Arte contra el Sistema

La concepción del objeto artístico que poseemos es heredera de una revolución silenciosa acaecida en el siglo XX. Con anterioridad al mismo contados eran los artistas que podían vivir del comercio de sus obras.

El desarrollo evolutivo en el mundo del arte llevó a que por primera vez en la historia ese objeto superase su valor de uso para alcanzar un valor de mercado muy superior.

A finales de los sesenta diversos movimientos confluyeron en una posición común: la producción de un arte ajeno a las leyes de mercado.

El desarrollo del arte conceptual (conceptual art), el arte corporal (body art) y el arte ambiental (land art) fue capaz de alejar de la obra artística a los mercaderes.

Sin embargo, los ideales cayeron nuevamente ante la rueda del mercado y el negocio surgió con la venta de fotografías, vídeos y demás productos de las intervenciones artísticas.

Esto me lleva a meditar sobre la relación entre el arte que se hace público y su mercantilización. Difícil -si no imposible- sería este proceso si las obras quedaran dentro de un marco reducido, tal como quedan aquellas obras de los artistas desconocidos. ¿Es posible que el arte verdadero -ese puro e incontaminado- se encuentre en esas obras desconocidas pero ajenas al mercado?