lunes, mayo 17, 2004

Los banales restos de la frontera

Durante tiempo las élites han venido delimitando sus fronteras con el disfrute en solitario de diversos bienes creados en exclusiva para ellos. Hablo de los jardines, museos, edificios, música o libros a los que resultaban ajenos las masas.

Los artistas de vanguardia en los primeros años del siglo XX pretendían en su desafío banalizar el arte haciendo de sus creaciones meros objetos de disfrute popular. Urinarios, ruedas, botes de sopa y otras muchas más cosas se convirtieron en exquisiteces artísticas susceptibles de borrar de un plumazo las fronteras con las que las élites se habían dotado.

Han pasado cosas, tal vez demasiadas, en este siglo, y hoy en día son las masas y sus operadores los que juegan con aquellas fronteras vetustas. De los objetos de culto de las élites hacen banales "movies" y una vez banalizados los objetos, a las élites sólo cabe esperar que el "frenesí banalizador" de los consumistas caiga pronto en el olvido para recoger del suelo los restos con los que construir de nuevo esos límites de identidad.

1 Comentarios:

Blogger mmp said...

lo que pasa es que el arte ha dado paso al mercado y a los mercachifles. En realidad TODO se convierte en un valor, que baja y sube según el yen y esas cosas
y la belleza, ahí arrinconada, esperando que la busquemos

17 de mayo de 2004, 20:35  

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