jueves, agosto 05, 2004

La ciudad de las 200 Torres

Existe una relación mágica entre las Torres y el ser humano, una relación de poder y ostentación, donde el hombre resulta siempre algo diminuto y muy inferior ante lo que paradógicamente ha creado con sus manos e intelecto.

La Torre más famosa de la historia es aquella de Babel con la que los antiguos desafiaron al poder divino -y religioso- siendo castigados con la división de sus lenguas -sorprendentemente, con el tesoro de la diversidad cultural. Muchas otras torres se levantaron en la historia hasta que en el medievo existió una ciudad conocida como la de "las 200 torres" -de las que en la actualidad sólo nos quedan la Torre degli Asinelli y la Torre Garisenda-, construidas por las familias más ostentosas de la ciudad para rivalizar con su poder. Fueron entonces las Torres de la influencia social.

En la actualidad son las multinacionales las que rivalizan desde cualquier rincón del mundo (mercantilmente) globalizado por mostrar su poder económico con la elevación de las más imponentes Torres -Rascacielos, petulantemente llamados.

Son las pasiones humanas del egoísmo, la envidia, la ambición,la avaricia,... las que verdaderamente han construido estas Torres a lo largo de la historia. Por contra, las justificaciones han variado entre lo religioso, militar, cultural, social, económico, político,.... y, últimamente, hasta ecológico.

Y, sin embargo, quien siempre ha salido perdiendo con su construcción ha sido el hombre que ha de cohabitar con estos monstruos de ladrillo, piedra, hormigón y acero y con su sentimiento de inferioridad y frustración.